Por Luis V. Tenorio
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La entrada en operaciones de la nueva megaterminal de contenedores en Moín, construido por la concesionaria APM Terminals, significará la inyección de alrededor de $2.900 millones adicionales de valor agregado a la producción nacional durante los primeros diez años.

Así lo estima un estudio de QBis Consulting el cual calculó el impacto potencial de la terminal en todo el país.

Esta inyección de recursos se verá especialmente reflejada en Moín donde se espera el encadenamiento productivo de nuevas compañías que se instalen en la zona, especialmente ligados al comercio.

La proyección es que durante su operación se puedan generar hasta 147 mil empleos, según expuso el investigador asociado a la Academia de Centroamérica Edgar Robles.

“Es una gran puerta que se abre resultado de un incremento en el comercio y en la reducción de costos… las estimaciones son lo más sencillas posibles y con cifras conservadoras”, dijo.

Como parte de lo que producirá la nueva terminal, solamente durante 2018, cuando la empresa opere en su primer año, la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo de la Vertiente Atlántica (JAPDEVA) recibirá cerca de $12,5 millones por concepto del canon de concesión.

Esta es una cifra que aumentará cada año, lo que representará poco más de $140 millones a lo largo de una década. La terminal debe por contrato otorgar el 7,5% de sus ingresos brutos para que Japdeva desarrolle proyectos que mejoren las condiciones de la provincia. De hecho, la institución ya maneja una cartera de más de una veintena de iniciativas de índole social y económica tendientes a impulsar la competitividad, como por ejemplo obras de infraestructura y de mejoramiento urbano.

La primera fase de la terminal entrará en operación a partir de enero del 2018. La obra se desarrolla en tres etapas y consiste en la construcción de una isla artificial y puestos para atender barcos de tipo post-panamax de hasta 12 mil contenedores cada uno.

La primera etapa avanza a toda velocidad y su costo es de ¢159,937 millones del total de ¢621,683 millones que cuestan las obras.

El proyecto comenzó en su fase constructiva hace un año y a la fecha se han dragado un total de 3,7 millones de metros cúbicos de material y se han hecho emerger 10 hectáreas de tierra.