Los bienes raíces comerciales se convierten en polos para atraer inversiones a las comunidades, según estudio del International Council of Shopping Centers, ICSC.
Por Manuel Avendaño A
mavendano@inversioninmobiliariacr.com
En América Latina es muy común que prácticamente cada comunidad cuente con un centro comercial. Estos desarrollos de bienes raíces pueden ir desde pequeñas plazas con pocas tiendas, hasta mega obras de usos mixtos.
No es coincidencia. América Latina cuenta con casi 60 millones de metros cuadrados de espacio de centro comercial, que se traducen en 99 metros cuadrados por cada 1.000 personas. La cifra dista de los 394 millones de metros cuadrados de espacio en centro comercial que registra Estados Unidos.
Sin embargo, América Latina podría agregar más de 26 millones de metros cuadrados en espacio comercial entre 2016 y 2021, de acuerdo con datos de Euromonitor International.
El crecimiento de los desarrollos de bienes raíces comerciales, el aumento del espacio para este fin, la nueva tendencia de proyectos de usos mixtos y la diversificación en el arrendamiento de los locales para pasar de tiendas que venden productos a gimnasios, médicos, spas u otros servicios, permiten encadenar una serie de beneficios que impulsan el crecimiento económico de las comunidades y los países.
El informe Impacto socioeconómico de los bienes raíces comerciales en América Latina elaborado por el International Council of Shopping Centers (ICSC) en 2017, ofrece un amplio panorama sobre los aportes de los centros comerciales a la economía regional.
La construcción y apertura de un centro comercial en una comunidad significa el nacimiento de un pilar para el desarrollo de ese lugar.
Estos espacios son mucho más que un lugar para comprar productos y servicios, su importancia trasciende al ámbito económico como fuentes de generación de empleo, ingresos públicos -mediante impuestos de diferente naturaleza-, estimulan la atracción de nuevas inversiones y se convierten en puntos de encuentro social.
Es momento de analizar cada uno de los puntos de impacto.
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América Latina enfrenta condiciones económicas adversas. La región registra dos años de desaceleración con tasas de crecimiento negativas en 2015 (-0,1%) y 2016 (-0,8%), en buena medida se debe a una disminución en los precios de los productos básicos, una demanda relativamente débil de las exportaciones, la volatilidad financiera y la inestabilidad sociopolítica en algunos países.
El difícil generar empleo cuando la economía de la región no crece a buen ritmo. La proyección para 2017 es un poco más halagüeña y pronostica un crecimiento de 1,4%.
Otros factores que golpean la economía de América Latina son el aumento sostenido de los costos de los bienes y servicios, mientras los ingresos salariales no crecen al mismo ritmo que el costo de la vida.
A esto se debe sumar que 22,2 millones de personas en la región viven por debajo de la línea de pobreza, lo que representa el 3,7% de la población total de América Latina.
En un escenario económico tan complejo, los bienes raíces comerciales emergen como una especie de oasis en el desierto para generar empleo directo e indirecto.
Una de las características más favorables de este tipo de proyectos comerciales es que suelen estar distribuidos de forma más equitativa en los países debido a que sus habitantes necesitan tener acceso rápido y fácil a productos de primera necesidad.
[quote width="auto" align="none" border="#002f56" color="#59a3d9" title="apunta el informe del ICSC."]Esto asegura que prácticamente cada comunidad de América Latina tenga acceso a un centro comercial y, por tanto, cada comunidad de América Latina tiene un cierto número de empleados que laboran en bienes raíces comerciales.”[/quote]
El grueso de trabajadores directos del sector minorista en América Latina proviene de Brasil con 14,7 millones de empleos que representan el 38% del total de la región y México con 7,5 millones de puestos que significan el 19%.
El informe de ICSC no incluye empleos del sector servicios, pero destaca la importancia de estos negocios en la actividad comercial.
Hay que tomar en cuenta que los restaurantes, bares, médicos, gimnasios, spas, cines y otros negocios de entretenimiento ofrecen cuantiosos servicios y para ello emplean personal de forma directa.
Otro punto que destaca la investigación es el efecto multiplicador, es decir, por cada persona empleada directamente por tiendas, desarrolladores o arrendatarios de centros comerciales, existe un grupo de trabajadores que dependen directamente de la operación del mall en su comunidad, lo que se conoce como empleo indirecto.
[quote width="auto" align="none" border="#002f56" color="#59a3d9" title="agrega el documento."]Por ejemplo, si se gastan millones de dólares directamente en el proyecto de construcción de un centro comercial, hay un impacto directo en la cadena de abastecimiento de materiales de construcción. Es decir, varios subcontratistas locales se benefician puesto que ellos suministran cemento, equipo industrial, materiales de construcción, etc.”[/quote]
El empleo indirecto es el que se genera con los gastos de los trabajadores de los centros comerciales en otros negocios de la comunidad.
Es así como restaurantes, supermercados, panaderías, entre otros negocios, logran encadenar una parte de su actividad económica a partir de la operación del centro comercial.
De acuerdo con datos de la NAIOP, una asociación de bienes raíces comerciales, por cada $1 millón gastados en la construcción de un proyecto comercial la comunidad puede recibir $2,9 millones por concepto de producción.
Además de contribuir con la generación de riqueza de un país -que se refleja en su Producto Interno Bruto (PIB)- los centros comerciales en América Latina se convirtieron en fuentes de generación de impuestos de diferente naturaleza para las naciones de la región.
Una de las vías más directas para generar ganancias tributarias para los países es mediante el gravamen sobre las ventas, mejor conocido como el impuesto al valor agregado (IVA).
Este tributo tiene diferentes tasas en los países de América Latina. En Uruguay, por ejemplo, se cobra el porcentaje más alto de IVA con un 22%, mientras que en Panamá la carga de este impuesto es de apenas el 7%.
[quote width="auto" align="none" border="#002f56" color="#59a3d9" title=""]Algunos países percibieron sustanciales ganancias por el impuesto de ventas durante el 2016. Datos recopilados por Euromonitor International muestran que Brasil recaudó $57.282 millones, México obtuvo ingresos por $18.186 y Argentina por $18.124 millones.[/quote]
Algunos países percibieron sustanciales ganancias por el impuesto de ventas durante el 2016. Datos recopilados por Euromonitor International muestran que Brasil recaudó $57.282 millones, México obtuvo ingresos por $18.186 y Argentina por $18.124 millones.
El ingreso promedio de América Latina por impuestos directos de ventas minoristas en 2016 fue de $134.279 millones que se desagregan en $110.072 para Suramérica y $24.208 para Centroamérica (México se incluyó en la contabilización de Centroamérica).
La industria de bienes raíces comerciales ofrece otras fuentes de ingresos por impuestos a rubros como propiedad, ingresos o renta.
El dinero que obtienen los gobiernos locales, regionales o nacionales permiten mejorar las condiciones de los servicios públicos y la infraestructura del país.
La cifra de impuestos recaudados en América Latina en 2016 no es nada despreciable y contrasta con los $192.800 millones que registró Estados Unidos ese mismo año.
Para nadie es un secreto que el desarrollo de proyectos comerciales genera valor agregado para las comunidades en el mediano y largo plazo.
Además del empleo directo e indirecto, el aporte a la producción de bienes y servicios y la generación de ingresos tributarios, los centros comerciales son anclas para atraer más inversión a la comunidad.
La apertura de un proyecto comercial en una zona, sobre todo si se trata de una obra de usos mixtos que combina un mall con torres de departamentos y oficentros, puede dinamizar el desarrollo económico de una región.
Otro de los efectos es una mejora directa en la calidad de vida de las personas ya que tienen acceso más fácil a bienes y servicios y el precio de sus viviendas aumenta por la cercanía con un centro comercial.
El informe del ICSC ofrece el ejemplo del centro comercial Rio Mar Fortaleza que se ubica en la comunidad de Papicu, en Brasil.
Este mall se inauguró en octubre de 2014 y tiene un efecto importante en la economía de este vecindario brasileño.
[quote width="auto" align="none" border="#002f56" color="#59a3d9" title=""]Entre sus aportes se contabiliza una producción de $50 millones de dólares anuales, 11.000 empleos -8.000 directos- y una serie de inversiones asociadas en infraestructura, entre las que destacan 11 kilómetros de carreteras amplias, un viaducto, un túnel y aceras con alumbrado público nuevo.[/quote]
Entre sus aportes se contabiliza una producción de $50 millones de dólares anuales, 11.000 empleos -8.000 directos- y una serie de inversiones asociadas en infraestructura, entre las que destacan 11 kilómetros de carreteras amplias, un viaducto, un túnel y aceras con alumbrado público nuevo.
Las obras eran necesarias para que el centro comercial pudiera operar en Papicu, además, el desarrollador construyó 75 viviendas sociales para las familias que fueron desplazadas por la edificación de la obra.
La importancia de los desarrollos de bienes raíces comerciales trasciende a la simple oferta de un lugar con tiendas para vender productos y servicios. Ahora son puntos de encuentro para actividades sociales.
"Debido a que estas propiedades están libremente abiertas para el público, ofrecen un 'tercer lugar' vital lejos de casa o de la oficina para participar en actividades sociales y comunitarias", apunta el informe de ICSC.
Pero los centros comerciales y los minoristas que operan dentro de ellos también llegan a convertirse en actores que influyen positivamente con programas enfocados a la ayuda social para personas de bajos recursos.
Un ejemplo de esto es el Centro Comercial Andino en Colombia. Este proyecto que abrió sus puertas en el 2015 cuenta con un programa de ayuda para que los niños de las zonas rurales asistan a la escuela.
El programa "Acompáñame a la Escuela" impulsado por este centro comercial colombiano ha donado 2.600 pares de zapatos y 1.900 bicicletas en los últimos dos años para facilitar las condiciones de transporte de los niños a las instituciones educativas.
El desarrollo de centros comerciales amigables con el medio ambiente es otra tendencia que contribuye con el aporte a los países.
En este rubro la gama de opciones de muy amplia y va desde la incorporación de prácticas ecológicas en la construcción y operación del proyecto comercial, hasta iniciativas en el uso de sistemas de iluminación o materiales eficientes.
Existen centros comerciales que impulsan programas de reciclaje o acciones específicas para buscar la protección del medio ambiente. Así ocurre con Bahía Sur en México.
Este proyecto comercial cuenta con una campaña llamada "#ActivatuModoVIVO" enfocada en crear respeto hacia el medio ambiente en el sector público y privado.
El programa de Bahía Sur emplea más de 100 medidas para proteger a la comunidad local y se rige por normas internacionales de sustentabilidad con el medio ambiente.
La industria de centros comerciales tiene un futuro prometedor pese al auge del comercio electrónico. Las ventas por internet en América Latina crecerán del 3,4% en 2016 al 5,62% en 2021, de acuerdo con las estimaciones de Euromonitor International.
Mientras tanto las ventas minoristas (en tiendas) totales de la región tendrán un crecimiento de 15% en el mismo periodo y alcanzarán los $914,6 millones.
"La importancia del comercio físico para los compradores latinoamericanos es reiterada en un informe de A.T. Kearney, el cual indica que el 91% de los consumidores mexicanos y brasileños prefieren, en última instancia, comprar en tienda después de buscar en Internet o fuera de Internet", asevera el reporte de ICSC.
El aporte de los bienes raíces comerciales a los países de América Latina es cuantioso y pasa por la generación de empleo, la producción de riqueza y el mejoramiento constante del entorno social.
Es así como los centros comerciales asumieron un papel protagónico en el desarrollo económico y social de América Latina en los últimos años y, pese a la estela de dudas que representa el e-commerce, la industria todavía tiene un camino bastante promisorio.
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