Por Angélica Zamora

azamora@inversioninmobiliariacr.com

[Imagen con carácter ilustrativo. Istockphoto]

Pensar en grande. En eso consiste el esquema urbano de las supermanzanas que no solo viene a dar una solución a los problemas de congestión vial, sino que también promueve la recuperación de las ciudades para los peatones.

La propuesta es simple, plantea grandes células urbanas de unos 400 ó 500 metros, cuya primera virtud es evitar que los carros se estén deteniendo cada 100 metros por un semáforo o cruce peatonal.

En paralelo, el interior de la célula está pensado para el peatón, como un espacio donde coexisten los edificios de empresas y el gobierno, y donde hay lugar para la movilidad urbana, el esparcimiento, juegos para niños y donde se pueda caminar libremente y sin peligro de encontrarse con algún vehículo.

Su uso también debe estar acompañado de otras medidas que desalienten la utilización del automóvil, promuevan la movilidad peatonal y los espacios de convivencia exterior. Cada una de las medidas necesarias debe ser adecuada para cada ciudad, dice Luis Fernández, director de Diseño de VFO Arquitectos.

"Estos espacios deben diseñarse acorde a la idiosincrasia de cada país y cada ciudad, promover los valores cívicos, culturales y artísticos; se deben establecer lugares donde las personas puedan hacer expresión de estos valores", menciona.

¿Resulta utópico imaginarlo? No lo es, ya es una estrategia implementada en ciudades altamente congestionadas, y una de las pioneras es Barcelona, cuyo caso analizaremos más adelante.

Y, ¿es viable su implementación en una ciudad Latinoamericana? La respuesta es sí, siempre y cuando se tomen en cuenta factores como el trazo urbano actual, el sistema de transporte público, los sistemas alternativos de movilidad y los usos a los que se destinará la supermanzana.

De acuerdo con el arquitecto, en muchas ciudades el trazo urbano responde a la topografía del sitio, ya que en ciudades montañosas o con una topografía accidentada es más difícil su implementación, porque las supermanzanas deben estar en un ángulo de 90° y esto supone un reto mayúsculo en ciudades de trazo irregular. Otro aspecto vital para el éxito del modelo es que los sistemas de transporte público deben ser suficientes, frecuentes, rápidos y de calidad; con el objetivo de incentivar su uso.

[quote width="auto" align="none" border="#002f56" color="#59a3d9" title="comenta Luis Fernández, director de Diseño de VFO Arquitectos."]Los beneficios para las ciudades latinoamericanas son mayores, ya que las supermanzanas son más compatibles con el concepto inicial de urbanismo hispánico de promoción social, menos ruido, menos contaminación, más seguridad, más transporte público, menos autos; mejor calidad de vida.[/quote]

Un caso de éxito de la implementación de este modelo es el de Barcelona, que impulsó su uso en 1987 a partir del mapa de ruido de la ciudad, donde se dieron cuenta que por la noche el nivel de ruido superaba siempre los 65dBA, que es límite de tolerancia. Por lo que implementaron la gestión del ruido, sin comprometer la funcionalidad del sistema urbano y entendieron que esta gestión podía hacerse a través de una célula urbana: la supermanzana.

 
De esta implementación se encontraron los siguientes resultados: la longitud de vías se redujo en un 61%, aún sin reducir proporcionalmente el uso de automóviles, el nivel de servicio de las vías se mantuvo con la misma velocidad de tránsito. La reducción de vehículos fue del 13% y se liberó un 70% de espacio, que hoy se dedica a la movilidad.
En algunos lugares como Vitoria-Gasteiz el incremento de usuarios del transporte público es del 100% y la bicicleta pasó del 3% al 14%.

Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, ha sido el promotor de este modelo, y en el informe "La Súpermanzana, nueva célula urbana para la construcción de un nuevo modelo funcional y urbanístico de Barcelona", explica que cuando las vías que definen las supermanzanas se conectan entre sí, dan lugar a una red de vías básicas por donde circulan las redes de transporte urbano: transporte público, vehículos privados, de emergencia y de transporte de mercancías, e incluso bicicletas.
Según el informe de Rueda, la sostenibilidad urbana y haber entrado en la era de la información y el conocimiento, se manifiestan como los principales retos por abordar en los países. La definición e integración de un modelo de ciudad más sostenible con un modelo de ciudad del conocimiento es necesario, como también lo es la definición de un nuevo urbanismo.

El espacio público es el que define la existencia de la ciudad o no, por lo que este modelo de ordenamiento vial no implica derribar edificios o casas, sino busca una transformación de la ciudad, de la forma en que se movilizan personas y vehículos, significa devolverle espacios a los peatones y promover que los ciudadanos se apropien de estos espacios.

Para lograr la implementación de este modelo en la región, hace falta mucho camino por recorrer, pero empezar a hacer conciencia de la importancia de promover soluciones ágiles, de movilidad urbana y bienestar social es la ruta por seguir.

5 razones para elegir a las Supermananas

 Fuente: Entrevistas