Todavía es muy temprano de lo que pueda anticiparse del efecto Trump sobre la región centroamericana y así lo expresan algunas fuentes, mientras otras creen que no será muy diferente a Barack Obama, al menos en cuanto a política de deportaciones
Por Alberto López
alopez@inversioninmobiliariacr.com
Todo parece indicar que la presidencia de Donald Trump o el efecto “Trump”, como muchas escuelas económicas terminarán por definirlo, fluctuará entre un aliado y un factor de incertidumbre para Centroamérica.
En esa suerte o contradicción entre aliado y factor de incertidumbre para esta región, Trump reforzará a la economía estadounidense que piensa emprender en su gestión, con la creación de más fuentes de empleo local y estímulos para la inversión de grandes empresas estadounidenses y que estas dejen de ver afuera para la exportación de sus plantas.
Es así que una economía estadounidense fuerte y con más posibilidades de empleo podría impactar de forma positiva a la principal fuente de ingresos y motor de crecimiento de muchas economías centroamericanas: las remesas.
Con un mayor flujo de remesas de los centroamericanos trabajando en Estados Unidos, sobre todo del Triángulo Norte (formado por Guatemala, Honduras y El Salvador), habrá mejores condiciones de fortaleza en las pequeñas economías centroamericanas, sobre todo porque ya se experimentó en el pasado reciente una desaceleración del crecimiento económico de la región, cuando el trabajo escaseó en Estados Unidos, dada la crisis económica de 2008-2009 y la caída inmobiliaria en la nación norteamericana.
Según el estudio de Cushman & Wakefield, “Trump: impacto en los Estados Unidos, economía y los mercados de propiedades”, los mercados financieros, recién conocidos los resultados electorales del 20 de noviembre de 2016, reaccionaron de forma opuesta a como se había esperado, con una presunta bonanza calculada en el mercado inmobiliario; claro, el peor impacto se lo ha llevado México, con una devaluación del peso desde noviembre pasado, de lo cual aún no se recupera.
Aparte, de acuerdo con el estudio y las recientes declaraciones de Trump, hacen suponer que una de las columnas de toda economía, el sector de energía, será reforzada por el nuevo mandatario, con estímulos al sector petrolero, de gas y, más recientemente, según se conoció con su intención de apostar nuevamente por la industria de carbón estadounidense.
Principales ganadores por Trump
Los principales sectores ganadores con Trump, según prevé el estudio, sobre todo por las políticas anunciadas en su campaña y con medidas ya concretadas en sus primeros días de gobierno desde el 20 de enero pasado cuando fue envestido de manera oficial, serán: defensa, ventas al detalle o retail, energía, manufactura, servicios financieros, construcción, tecnología, farmacéutica y redes sociales, sobre todo Twitter, esto por su presidencia “tuitera”, lo que ya se había previsto como candidato, pero que ha mantenido, ya como comandante en jefe, adelantando muchas políticas de Estado, para bien o para mal, por esa vía.
En esa línea del análisis, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, afirmó que el repunte moderado que se proyecta para Estados Unidos y la prevalencia de condiciones financieras aún favorables en el 2017, representarán fuentes de estímulo en este año para las economías centroamericanas y de República Dominicana, las que, se estima, crecerán este año en su conjunto alrededor de 3,9%.
Moreno declaró eso durante su discurso de inauguración de la Trigésima Primera Reunión de Gobernadores del Istmo Centroamericano y República Dominicana, que se llevó a cabo en Washington, capital estadounidense, los pasados 8 y 9 de febrero.
Los organismos internacionales prevén una recuperación de la economía estadounidense en 2017, la que solo creció solo 1,6% en 2016, muy por debajo todavía de los 2,5% de 2015, y además por debajo de las previsiones de la Reserva Federal (Fed, en inglés), de 1,9%.
En ese sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó en octubre de 2016 que el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos crecerá 2,2% en 2017.
Sin embargo, para el presidente de la Cámara Costarricense de la Construcción, Jorge Arturo González Carvajal, “a criterio de nuestra Cámara y la actualidad costarricense consideramos que todavía es prematuro hablar de efectos negativos o positivos, frente a la llegada al poder del gobierno republicano liderado por el señor Trump”.
“Si bien es cierto, nuestros países, Costa Rica y la región tienen una relación comercial muy fuerte con los Estados Unidos, lo cierto es que esa dinámica se mantiene a la fecha, y las primeras medidas tomadas por Donald Trump no muestran mayores afectaciones a esta relación”, dijo.
La economía estadounidense además, desde el año anterior sigue un ritmo de recuperación constante, situación que se ha visto, en algunos sectores reflejada en nuestras economías, indicó el titular de la Cámara Costarricense de la Construcción.
A pesar de esto, González considera que es importante estar muy atentos, pues si los planes de campaña de Trump se cumplen, se podría esperar algún efecto negativo sobre la inversión extranjera directa hacia la región, que podría disminuir, o incluso que algunas empresas estadounidenses que han entrado a la región para producir y exportar desde acá, se regresen a su país.
“Eso tendría el efecto de reducir la actividad económica en la región. Por otro lado, las restricciones que pueda imponer sobre las migraciones (dificultar la entrada de nuevos migrantes, o expulsar los que ya están allá), podría afectar negativamente las economías de algunos países donde las remesas provenientes de Estados Unidos son importantes (notoriamente México, los países del norte de Centroamérica, y algunos del Caribe)”, agregó.
Por otro lado, el presidente de la Agencia de Promoción de Inversiones de El Salvador (Proesa), Sigfrido Reyes, opinó que no se prevé algún efecto negativo de las políticas de Trump.
Por ejemplo, Reyes manifestó que no existen indicios de que el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos “pudiera verse en peligro, pues ha sido beneficioso para ambas partes”.
Aparte, aclaró, que ningún tratado puede ser violentado de forma unilateral. “Digamos que el tema de las diferencias de Estados Unidos con México y Canadá es algo que debe ser abordado como una situación particular y entre ellos”, aseguró.
Nada diferente a Obama
Mientras que si por el lado de las deportaciones masivas pudiera haber algún temor, Reyes le restó a esa reserva que pueda existir, pues se viene de un periodo, con la administración Obama, de alto flujo de deportaciones, por lo que consideró que no será muy distinto o alarmante con Trump.
“Solo El Salvador recibió un total de 200.000 deportaciones en la administración Obama y una parte de esos deportados tenía antecedentes penales pendientes o ya cumplidas sus penas, así es que no cambiará radicalmente, si puede generar problema, abonará al problema delincuencial que ya tenemos, pero insisto, no creo que sea radicalmente más grave, pues el promedio sigue siendo que cada semana llegan de 400 a 500 deportados”, confirmó el funcionario salvadoreño.
En cuanto a su campo, Reyes recordó que la inversión extranjera neta para 2016 en El Salvador, incluida la estadounidense, sumó aproximadamente 500 millones de dólares, mientras que para este 2017 y 2018 se espera un importante aporte inmobiliario, sobre todo de apuestas locales y también para este año se esperan las primeras inversiones en el sector de Asocios Público Privados (APP), por lo que la economía salvadoreña estará relativamente estable y con un mejor crecimiento de la economía del país, en comparación al 2016.
Exactamente en esa dicotomía del efecto “Trump” y otras variables mundiales, el ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Alexander Mora, cree que Centroamérica debe hacer una investigación “de prospectiva” respecto a cómo las nuevas tendencias mundiales, el efecto “Trump” o el “Brexit” en la Unión Europea, pueden afectar a la región para sacar provecho.
Mora dijo que es necesario que todos los países de la zona estudien como esas propensiones “que están dominando en este momento al mundo” van a impactar en la región para “sacar provecho” de esas condiciones de entorno “que están afectando o que van a afectar”.
Cauteloso con los escenarios, el funcionario, cuyo país ostenta la presidencia temporal del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y también del Consejo de Ministros de Integración Económica (COMIECO), dice que, con base en los análisis, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puede tener con Centroamérica políticas “suaves” o “fuertes”.
En el primero de los casos, añade, la región es muy “complementaria con Estados Unidos”, pues “el grueso” del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y los Estados Unidos (CAFTA), por ejemplo, sigue siendo agrícola y la región, “en números gruesos”, tiene un déficit comercial con la potencia mundial.
“Digamos que los elementos del análisis que la administración norteamericana ha utilizado para ver donde tiene que priorizar” sus acciones “no caen en Centroamérica y no caen en el CAFTA”, por lo que es de suponer que el interés debería ser “primeramente político y segundamente económico”, lo contrario a otros socios.
Sin embargo, advierte, El Salvador, Honduras y Guatemala -los tres países que integran el Triángulo Norte de Centroamérica- tienen “una vulnerabilidad enorme” con el tema migratorio y de remesas, por lo que las decisiones, en este caso, impactan “muy duro”.
Pero desde el punto de vista de comercio, inversión y el desarrollo en infraestructura y con la depresión de los precios de las energías fósiles por las políticas medioambientales, se podría generar “más disponibilidad al consumidor norteamericano y precios más bajos de hidrocarburos”, lo que generaría más demanda de los productos de la región y una baja en los costes de producción.
Precisamente, a inicios de febrero, en el marco del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte, el Gobierno de los Estados Unidos suscribió con El Salvador, enmiendas a los Acuerdos de Donación Bilateral provenientes del programa de cooperación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), por un monto de 97,9 millones de dólares.
El presupuesto de 97,9 millones de dólares para el año fiscal 2016 representa un aumento de cerca del 52%, comparado con el año 2015 que fue de 64 millones.
Los nuevos fondos se distribuyen de la siguiente manera: 29,3 millones para actividades de crecimiento económico y 68,6 millones para proyectos de democracia y gobernabilidad.
Dicho plan busca crear condiciones para que la población de los tres países del Triángulo Norte de América Central deje de emigrar ilegalmente hacia Estados Unidos y a pesar de que ya estaba aprobado desde la administración Obama y pasa por el Congreso, se aprecia como una buena señal de que la nueva presidencia de Trump respetará la institucionalidad, pese a sus abruptos como candidato.
Más cooperación y coordinación en América Latina
Por otra parte, a medida de que las políticas migratorias y comerciales del Presidente Donald Trump generan eco en el panorama mundial, Michel Camdessus, ex director gerente del FMI y ex gobernador del Banco de Francia, y Celso Amorim, ex canciller de Brasil, destacaron en un conversatorio a mediados de febrero la necesidad y urgencia de moldear un nuevo sistema de gobernanza mundial que refleje y pueda responder a los desafíos que plantea el cambiante contexto global, una tarea para la cual consideraron clave la capacidad de consenso y coordinación.
Junto al presidente ejecutivo de CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), Enrique García, Camdessus planteó que “hoy tenemos peligros de crisis, de desigualdades crecientes, cambio climático y seguridad colectiva”.
Amorim afirmó que en América Latina hay una “conciencia creciente” de esta necesidad de cooperación y coordinación, pero admitió que aún “no es espontánea”. En esa línea, García planteó la importancia de “fortalecer los mecanismos de coordinación interna” de la región, algo que en su opinión depende de la calidad de las instituciones políticas.
El creciente peso de los mercados emergentes y la volatilidad de los sistemas financieros fueron algunos de los retos que se resaltaron durante la conversación y todos coincidieron en que, para dar respuesta, se requiere un nivel mayor de coordinación.
Es decir que a la incertidumbre que ya de por sí vive el mundo, Latinoamérica y la región centroamericana, por diferentes causas económicas, sociales y políticas, se le debe agregar el efecto Trump, que cada vez que tuitea tambalea, favorece o crea incertidumbre al precio de acciones de empresas y al ambiente de regiones o países, por lo que tampoco se puede ser del todo pesimista o del todo optimista con lo que deparará este primer período de cuatro años del comandante en jefe estadounidense.
¿Quiénes somos?
Única revista especializada que ofrece información contundente, de forma bimensual, sobre la industria inmobiliaria tanto local como regional.
El principal objetivo es promover al sector mediante una propuesta diferente, difundiendo contenido relevante, siempre con una visión especializada acerca de la cadena de valor al público inversionista del más alto nivel.
Presencia regional
Costa Rica
De la rotonda de Multiplaza, 600mts al oeste, mano izquierda, Edificio VMG, Guachipelín de Escazú, San José.
Panamá
Plaza 2000, calle 50 con 53, Marbella, Ciudad Panamá.
Guatemala
Diagonal 6, 10-50, Zona 10, Edificio Interamericas Torre Norte, Of. 1601, Ciudad de Guatemala.
¡No se pierda ninguna edición de INversión INmobiliaria! Reciba la versión digital y/o impresa de la revista. Encuentre en cada edición artículos únicos y el mejor análisis. ¡Manténgase informado con la única revista para el profesional e inversionista inmobiliario!
Reciba todas las semanas las noticias y artículos más relevantes de Centroamérica y el mundo.
Entrevista a Brayam García
Entrevista a Jason Cordero
Entrevista a Carla Carrillo
Entrevista a Elkin Suárez
Entrevista a Katherine Kinderson
Entrevista a Francisco Alba