Por Damian Tabakman
Director de EN Real Estate y organizador Latin American Real Estate Tech Summit

A pesar de no ser un especialista en tecnología, me tocó hacer el cierre y trazar las conclusiones del Latín American Real Estate Tech Summit, celebrado el pasado jueves en el JW Marriott de Miami, con la presencia de asistentes de doce países.

Empecé abriendo espacio a las preguntas y Carlos Muñoz, de Grupo 4S disparó diciéndome: "¿qué tan lejos estamos en Latinoamérica respecto de las últimas tendencias en tecnología que hemos visto durante el encuentro, como representativas de las mejores prácticas globales, y cuyo epicentro es EEUU?"

Mi respuesta fue: "en materia de diagnóstico estamos muy lejos, pero a nivel de las soluciones, en real estate estoy convencido que estamos, en ambos sitios, realmente muy lejos de lo que vendrá a juzgar por lo visto a lo largo del día".

Cada palabra de mi respuesta, es cierta.

Los especialistas en tecnología aplicada al negocio de los bienes raíces nos mostraron el poder del "big data" que hoy generamos a través de nuestros teléfonos móviles.

Gracias a la gigantesca capacidad de procesamiento de esa información, en breve con solo saber el nombre de un potencial cliente se podrá predecir cuándo decidirá mudarse, adónde y qué rango de precio podrá afrontar. Esto podría haber sonado de ciencia ficción, pero hoy no nos resulta ni sorprendente ni inverosímil.

Tuvimos la posibilidad de tomar contacto también con la aceleradora más importante del mundo de empresas de tecnología aplicada a nuestra industria, y pudimos ver todo lo que queda por hacer en materia de darle flexibilidad al uso de los espacios, como ya logra WeWork en las oficinas, optimizar y abaratar los procesos de búsqueda de propiedades y de cierre de las transacciones, y sobre todo controlar los procesos de todo tipo con información -on line- súper exhaustiva.

Con los start ups en los cuales esta incubadora llamada MetaProp está invirtiendo, probablemente se vivirán tremendos cambios a futuro en el día a día se nuestro trabajo.

Foto: Damian Tabakman, Director de EN Real Estate y organizador Latin American Real Estate Tech Summit

Esto resulta tan trascendente, que la firma Lennar, el home builder norteamericano más importante en la actualidad, anunció meses atrás y lo ratificó en su conferencia Chris Marlin (presidente de la división internacional) que han cambiado su visión estratégica: hoy ya se consideran una firma de tecnología que construye casas.

Asimismo Carlos Muñoz mostró los proyectos inmobiliarios del futuro, y en los cuales los Millenials están impulsando cambios en la concepción de los espacios como nunca antes se habían visto.

Y ello aplica a los emprendimientos residenciales, de oficinas, retail, hotelería y usos mixtos.

También se percibe una profunda transformación entre los adultos mayores retirados cuya esperanza de vida se alarga día a día desencadenando una demanda inmobiliaria muy potente. En este ámbito la nueva demografía manda.

Pero todo lo anterior es solo una señal más de todo lo que está por venir, y está muy lejos de enseñarnos cómo será el futuro de la actividad. Insisto: hay un mejor entendimiento de la problemática que propuestas realmente disruptivas.

Debemos reconocer que nuestra actividad, la del desarrollo y la inversión en bienes raíces, está atravesando un momento muy peculiar en el cual se alinean al menos dos factores muy relevantes.

El primero es la baja tasa de interés que a nivel global hoy prima en los mercados, y la segunda cuestión es la disponibilidad de herramientas tecnológicas con capacidad de transformar el sector. En efecto, hoy deberíamos poder construir mejor y más barato, comercializar los emprendimientos a un menor costo y financiarlos más eficientemente.

Por tomar un ejemplo puntual, los comercializadores cobran lo mismo que siempre percibieron pero su tarea para captar prospectos y mostrar las unidades hoy está muy delegada en la tecnología. Lo mismo aplica a cada segmento de la industria.

Podríamos hacerlo todo mejor y mucho más barato, potenciando la ventaja de tener un costo de capital que está por el piso.

Pero las propiedades no han caído de precio, ni se volvieron más accesibles, ni la demanda explotó, salvo en ciertos momentos por cuestiones macro que nos exceden.

En otros segmentos de mercado, la disrupción conjugó eficiencia, flexibilidad en el uso de determinados bienes y un menor costo. Así fue con Uber, con AirBnb y con Amazon. Se trata de cambios muy de fondo en la manera de hacer las cosas que de repente emergieron y cambiaron un sector para siempre.

En real estate ello no ocurrió. Ni siquiera en EEUU. Pero no tengo dudas que va a suceder.

Mi conclusión final del encuentro, es que tendremos un cambio copernicano en la forma de trabajar con bienes raíces en los próximos tiempos.

Todo lo hacemos demasiado caro e ineficiente como para tolerar y defendernos frente a la irrupción de las nuevas tecnologías. Nadie sabe dónde ni cómo sobrevendrá el cambio. Pero va a venir. A no dudarlo.

Hasta el año próximo cuando hagamos de nuevo en Miami la Latín American Real Estate Tech.