La pandemia transformará la manera en que vivimos de forma positiva

Desde trabajar en casa hasta la atención médica, el COVID-19 ha obligado a la sociedad a adaptarse de maneras que debieran perdurar. Por Redacción INversión INmobiliaria info@inversioninmobiliariacr.com "Es como si hubiéramos pasado de 2020 a 2030 en un fin de semana", le comentó el innovador educador holandés Christien Bok al periódico Volkskrant. A continuación yo he tratado de capturar algunas de las transformaciones en las sociedades occidentales desde marzo. Lo que sigue no es un catálogo de sueños utópicos (aunque los necesitamos), o de revelaciones morales de corta duración. Es, más bien, una lista de los cambios que realmente han ocurrido, que debieran perdurar, que ahorrarán tiempo o dinero, y que pueden mitigar los horrores como las emisiones de carbono, la soledad y la falta de vivienda. Trabajar desde la casa Durante una semana, trabajar desde la casa es un experimento, pero después de casi un mes ha comenzado a institucionalizarse, incluso en profesiones que nunca antes lo habían contemplado. El gabinete británico ahora se reúne por medio de Zoom, las audiencias judiciales han pasado a realizarse en línea, y el personal bancario está llevando a cabo transacciones desde su hogar a través de sistemas seguros. Todo esto ha sucedido de una manera no planificada, mientras que muchos empleados están cuidando de los niños todo el día. Trabajar desde la casa será más fácil después de la pandemia. Si los empleados de cuello blanco, o trabajadores administrativos, terminan trabajando desde la casa aunque sea sólo la mitad de la semana, la caída en los desplazamientos hacia y desde el trabajo reduciría las emisiones, la contaminación y el tráfico durante las horas pico y aumentaría la felicidad nacional. Cuando el psicólogo Daniel Kahneman y el economista Alan Krueger les pidieron a 900 mujeres texanas en 2006 que clasificaran sus actividades comunes según el placer que ofrecían, el sexo ocupó el primer lugar y los desplazamientos entre la casa y el trabajo el último. Los desplazamientos matutinos parecían "particularmente desagradables". Quienes ya no tuvieran que trasladarse a diario entre la casa y el trabajo ahorrarían fortunas en automóviles y liberarían tiempo de diversas maneras. La mayoría de los empleados con bajos salarios — como los limpiadores, los cajeros y los mesoneros — no pueden trabajar desde la casa. Pero si los trabajadores administrativos cambian su actividad de los centros urbanos a las urbanizaciones residenciales, los empleos de apoyo les seguirán. Y cualquiera que todavía se traslade al centro encontrará las vías y los trenes más vacíos. Lea también: Lo que todo trabajador debe saber para trabajar desde casa Telemedicina La pandemia ha provocado una revolución casi instantánea en el ahorro de tiempo en la atención médica. La telemedicina funciona "para la mayoría de los reabastecimientos de medicamentos, infecciones del tracto urinario, resfriados y erupciones cutáneas, seguimiento de asuntos relacionados con la diabetes y con la hipertensión, resultados de laboratorio, visitas postoperatorias, control de natalidad y fertilidad, y salud mental", indica el sitio web Medicaleconomics.com. Las personas mayores — muchas de las cuales se han visto sometidas a un involuntario curso intensivo en videoconferencias — pasarán menos tiempo en salas de espera llenas de gérmenes. Sus hijos (generalmente las hijas) podrán participar en las llamadas en lugar de transportar a los padres hacia y desde sus citas. Mejor higiene Quienes no creen en la seriedad del coronavirus siempre señalan que la gripe común también mata a miles de personas. Eso es verdad. Sin embargo, no es un buen argumento en contra del confinamiento durante una pandemia de COVID-19 que es mucho más mortal. Más bien, es un argumento a favor de reducir las muertes por gripe (y la infelicidad, y los días laborables perdidos) en tiempos normales. Ahora sabemos cómo hacerlo: más lavado de manos; máscaras y autoaislamiento para las personas infecciosas siempre que sea posible; y mejor disponibilidad de vacunas contra la gripe. Servir como voluntario Cuando el gobierno británico solicitó 250,000 voluntarios para ayudar al Servicio Nacional de Salud durante la pandemia, el triple de esa cantidad aplicó. Algunos sostienen que un servicio estatal no debería necesitar voluntarios, al menos no durante tiempos normales. Pero vivimos en un siglo de tiempo libre sin precedentes (principalmente entre aquellos que tienen más de sesenta años) y de un menguante sentido de comunidad. Numerosas personas prefieren ayudar a su sociedad que quejarse al respecto desde el sofá. El voluntariado es una forma de convertir el tiempo libre en comunidad. También reduce la soledad, incluso entre los mismos voluntarios. Monitorear el bienestar de los ancianos Incluso antes del confinamiento, muchas personas mayores a menudo pasaban días sin hablar con nadie. Ahora innumerables grupos de WhatsApp están comunicándose con los vecinos aislados. En mi edificio hay un letrero abajo preguntando si alguien quiere ayuda. En Irlanda, los trabajadores postales han comenzado a monitorear cómo están los ancianos, preguntando si necesitan comida, una farmacia o una forma de enviar mensajes. Después de la pandemia, estos sistemas gratuitos pudieran permitir que más personas envejezcan en sus hogares en lugar de en costosas y deprimentes residencias para las personas de la tercera edad. Contener la violencia doméstica El confinamiento ha empeorado la violencia doméstica, pero también ha alertado a los países de la existencia de una plaga eterna. Siendo mejor tarde que nunca, Francia ha posibilitado que las víctimas puedan buscar ayuda en farmacias (usando una palabra clave si es necesario) y en centros comerciales. Vaciar las cárceles estadounidenses y alojar a las personas sin hogar Desde la década de 1960, EEUU ha creado un vasto complejo industrial penitenciario financiado por el gobierno para controlar a las personas pobres, muchas de ellas afroamericanas. EEUU encarcela a más habitantes per cápita que cualquier otro país del mundo, pero aún tiene altas tasas de delitos violentos. Ahora que las cárceles se han convertido en incubadoras de virus, un sinnúmero de estados están liberando delincuentes no violentos y ancianos, y están realizando menos arrestos nuevos. Mientras tanto, California ha comenzado a utilizar fondos federales para alojar a algunas personas sin hogar en hoteles y moteles. También está considerando comprar habitaciones a largo plazo. "Ésta era la crisis que necesitábamos abordar antes de la crisis del COVID-19", comentó Gavin Newsom, el gobernador del estado. Para la plutocrática ciudad de San Francisco, tener 8,000 personas viviendo en las calles y en refugios fue una opción. Incluso dejando de lado la moralidad, es más fácil para las personas lidiar con una adicción y encontrar trabajo una vez que tienen un lugar para vivir. Y la nueva política debería ahorrarle dinero a California, dada la cantidad de visitas a la sala de emergencias que hacen las personas sin hogar. Esta pandemia de coronavirus sugiere que algunas buenas ideas en realidad estaban simplemente esperando a ser implementadas. © 2020. Revista Inversión Inmobiliaria SRL. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción parcial o total.