El coronavirus podría llevarnos a una vida más ecológica

La naturaleza del trabajo, los desplazamientos y las compras cambiaron este mes. Si esa transformación continúa, algún día tendremos sociedades más felices y productivas, y consideraremos a diciembre de 2019 como el pico más alto en emisiones de carbono a nivel mundial. Por Redacción Inversión Inmobiliariaredaccion@inversioninmobiliariacr.com A pesar de todo el horror que ha causado, la pandemia tal vez supere todos los demás esfuerzos para cambiar nuestros hábitosPara cuando termine este horror, es posible que habrá cambiado nuestra manera de vivir. El coronavirus ya ha logrado algo que las políticas gubernamentales y el despertar moral no han podido lograr: nos está empujando hacia una vida ecológica. La naturaleza del trabajo, los desplazamientos y las compras cambiaron este mes. Si esa transformación continúa, algún día tendremos sociedades más felices y productivas, y consideraremos a diciembre de 2019 como el pico más alto en emisiones de carbono a nivel mundial. [quote width="auto" align="none" border="#013e76" color="#59a3d9" title=""]En primer lugar, la pandemia puede mostrar que las oficinas son una forma anticuada de organizar el trabajo. Esto es algo que sospeché durante mi experiencia en una oficina durante tres años en la década de 1990. Me sorprendió la ineficiencia de la configuración: la gente pasaba la mayor parte del día distrayéndose y cotilleando, coqueteando, quejándose del jefe o quejándose del viaje a la oficina de esa mañana. Desde entonces, he trabajado solo felizmente durante 22 años.[/quote] Las oficinas existen en gran medida para que los jefes puedan verificar si los trabajadores están haciendo el trabajo (o por lo menos fingiendo). Pero hoy en día, los datos pueden hacer gran parte del monitoreo. Mientras tanto, programas de software para el lugar de trabajo, como Slack y Zoom, permiten que los empleados puedan colaborar desde casa. La tecnología en realidad puede superar a la vida real: un profesor que tuvo que aprender a usar Zoom apresuradamente me dijo que le gusta la forma en que el software puede crear instantáneamente pequeños grupos de estudiantes para trabajar en un problema. En un auditorio, todos tienen que empacar sus mochilas, encontrar un salón y tomar un café en el camino. Ahora que países enteros están aprendiendo a trabajar desde sus habitaciones, muchos empleadores tal vez lleguen a la conclusión de que pueden deshacerse del costoso espacio de oficina. Eso no sólo reduciría las emisiones y liberaría a los trabajadores metropolitanos de los desplazamientos diarios (el viaje diario de ida y vuelta dura un promedio de una hora en ciudades como Nueva York, Chicago y Londres). El cambio también reduciría los precios de las viviendas urbanas, ya que algunas oficinas se convertirían en hogares y algunos trabajadores podrían abandonar la ciudad. En el próximo año o dos, el software de realidad virtual permitirá que el jefe (o al menos el avatar del jefe) entre en las oficinas en casa de sus subordinados para evitar que eludan sus tareas. [quote width="auto" align="none" border="#013e76" color="#59a3d9" title=""]En resumen, el trabajo podría seguir los mismos pasos de virtualización que las citas, las compras y los juegos. Eso haría que la vida sea más verde pero también más aislada. Para compensar, los barrios necesitarán más espacios comunales. La muerte de las tiendas físicas ha permitido que las cafeterías y los espacios de trabajo compartido se apoderen de las calles principales. Pero también tendremos que construir más parques infantiles (y algunos para adultos), centros comunitarios y parques.[/quote] Otro beneficio es que la pandemia puede ayudar a detener el aumento de los viajes de negocios. La semana pasada descubrí que cada vez que se cancelaba un viaje, me sentía aliviado. Conozco los beneficios de los viajes de negocios: los dos libros que estoy escribiendo actualmente surgieron de conocer a alguien en una conferencia. Lo mismo sucedió con mi libro anterior. Sin embargo, la mayoría de los viajes de negocios probablemente causen una pérdida neta de productividad. Mientras buscas a una o dos personas útiles con quien hablar en medio de los 300 participantes no útiles que emiten carbono en una conferencia decepcionante, estás perdiendo trabajo en casa. Además, la mayoría de las conferencias presentan muchos más aspirantes a vendedores que compradores. Hoy en día es más rápido encontrar la contraparte perfecta en LinkedIn. En cuanto al contenido, las conferencias virtuales bien hechas podrían ser tan atractivas como buenas charlas TED o televisión, más que los interminables paneles de ejecutivos que hablan sobre sus propios libros. En cuanto a las compras, incluso antes del coronavirus, nos estábamos moviendo hacia un mundo donde la tienda llega a ti. Ahora, ese movimiento se ha acelerado, posiblemente para siempre. Es mucho más ecológico para un supermercado enviar una camioneta eléctrica (o una bicicleta de carga) a 100 hogares en un vecindario que todas esas personas conduzcan al supermercado. Algunos podrían deshacerse de sus autos. Incluso a muy corto plazo, el aspecto positivo verde de esta pandemia es sorprendentemente grande. La contaminación del aire mata a aproximadamente 1.1 millones de personas solamente en China cada año. La caída de la contaminación durante el cierre del país en enero y febrero "probablemente salvó 20 veces más vidas en China de las que se han perdido debido a la infección del virus en ese país", calcula Marshall Burke, del Departamento de Ciencias del Sistema Terrestre de la Universidad de Stanford. Y agrega: "El hecho de que una disrupción de esta magnitud en realidad pueda conducir a algunos beneficios grandes (parciales) sugiere que nuestra forma normal de hacer las cosas podría necesitar disrupciones". Eso es particularmente cierto ya que el cambio climático hace que las pandemias sean más probables. Expande el hábitat natural de los insectos infecciosos como los mosquitos, al mismo tiempo que reduce el hábitat de los animales, con el efecto de empujar a ambos a un contacto más cercano con los humanos. Los gobiernos deben hacer un buen uso de la pandemia actual. Muchos estados están preparando un estímulo fiscal. Donald Trump quiere otorgar gran parte de eso a los emisores de carbono que podrían estallar en la recesión incipiente: aerolíneas, cruceros, productores de petróleo y su querida industria hotelera (que vive de las emisiones de los viajeros). En cambio, los gobiernos con una visión hacia el futuro darán prioridad a las industrias verdes, mientras que ayudarán a los trabajadores que pierden sus empleos de combustibles fósiles. Resulta que los países desarrollados (excepto posiblemente EEUU) todavía pueden hacer movilizaciones colectivas dirigidas por el gobierno en tiempos de guerra. Es un músculo que vamos a necesitar. © 2020. Revista Inversión Inmobiliaria SRL. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción parcial o total.