Por Redacción Inversión Inmobiliaria
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La incertidumbre por la extensión de los efectos del Covid-19 sobre la parálisis del mercado inmobiliario se potencia en un sector que venía en franca caída, sin perspectiva de identificar su piso, en el que está incluido el Real Estate, y los desarrollos corporativos.

Varias inmobiliarias cerraron sus puertas y destinaron a sus empleados a trabajar desde sus casas, otras dividieron su dotación y se turnan para asistir y no dejar las oficinas vacías por completo.

[quote width="auto" align="none" border="#013e76" color="#59a3d9" title=""]“Lo cierto es que, si ya veníamos complicados, esto traerá más depresión. Sabemos que hay operaciones que se estaban por concretar y se han caído porque tanto los profesionales que intervienen, compradores y vendedores, temen reunirse”, explicó Armando Pepe, presidente del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires al medio de noticias Infobae. [/quote]

Sobre lo que puede pasar y si el coronavirus dejará secuelas en este segmento, Ana Simeone, presidenta de Ana Simeone Inmuebles Corporativos, dijo a Infobae: “nuestro sector viene muy castigado desde hace más de dos años. Obviamente, que este freno a la actividad nos parece muy atinado para proteger la salud de los ciudadanos. Más allá de eso, esta interrupción generará más recesión.

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Por otra parte, en Europa, el sector inmobiliario europeo espera recuperarse de la crisis por el coronavirus en doce meses.

Según una encuesta realizada por Property EU a 840 expertos, el 75 % de ellos prevé que la industria esté en el mismo nivel que antes de la crisis provocada por el coronavirus durante el próximo año.

Los profesionales del ‘real estate’ aseguran en el estudio que el parón no ha sido total, a pesar de valorarlo como un frenado a escala global. La inversión en el real estate, según Property EU, se encuentra al 45 % de su capacidad habitual.

Además, los expertos señalan la potencial recesión económica global como una de las mayores preocupaciones una vez superada la emergencia sanitaria. También muestran su inquietud por el desempleo y su efecto sobre la demanda residencial, el retraso en las transacciones, la liquidez y la imposibilidad de trabajar para llegar a nuevos acuerdos.

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