Por José Ignacio González
Market Research & Consulting Director de Cushman & Wakefield I AB Advisory

El COVID-19 ha causado una disrupción a escala mundial sin precedentes en los últimos dos siglos. Además del impacto social y el doloroso costo humano de la pandemia, los mercados financieros se han visto seriamente afectados, el precio del petróleo ha bajado y los bancos centrales de los diferentes países han tenido que reaccionar de forma agresiva para contener los efectos inmediatos. El virus también ha generado una discusión acerca de temas relevantes que se han mantenido pendientes en la agenda mundial: migración, medio ambiente y dependencia económica entre países en un mundo globalizado.

La industria inmobiliaria, en términos generales, tiene un ciclo de negocios más pausado y es probable que los efectos del COVID-19 no se reflejen tan rápido como en otros sectores de la economía nacional, como es el caso del turismo. Sin embargo, dentro de toda esta situación, es posible adelantar algunas reflexiones iniciales acerca del impacto y de las oportunidades que generará esta convulsión en el mundo de los negocios.

¿Una oportunidad para replantear la logística en el ámbito industrial?

El COVID-19 ha tenido un importante impacto en el ámbito industrial, particularmente en materia de logística. Al ser China el país donde se inició el contagio del COVID-19 y, al mismo tiempo, el principal espacio de manufactura a nivel global, un gran número de industrias se vieron afectadas por la falta de abastecimiento de materias primas y de productos terminados. En Costa Rica, por ejemplo, gran cantidad de almacenes fiscales no han recibido productos provenientes de esa nación desde hace poco más de 7 semanas.

Adicional, el cambio del foco de la pandemia a Europa también tuvo un efecto directo en el transporte aéreo de mercancías desde y hacia este continente. Las restricciones actuales de tránsito de personas entre países han provocado a su vez la cancelación de vuelos comerciales que también funcionaban para el transporte de carga, lo que ha obligado a varias industrias a buscar otras alternativas logísticas.

[quote width="auto" align="none" border="#013e76" color="#59a3d9" title=""]Un amplio número de clientes de Cushman & Wakefield a los que brindamos soluciones inmobiliarias y logísticas, nos han externado sus inquietudes debido a que, en medio de esta crisis, las dinámicas del negocio repentinamente cambiaron de forma radical. [/quote]

En primera instancia, muchos resienten el desabastecimiento de una potencia como China, situación que se torna en una oportunidad para redireccionar la toma de decisiones a lo interno de las empresas. Por ejemplo, contar con diversos puntos de manufactura alrededor del mundo; esto para que, si un país vive una crisis, la empresa logre mantener su operación.

En el marco de la incertidumbre que esta crisis ha generado, es común ver el requerimiento de mayores y más eficientes espacios de almacenamiento industrial; principalmente debido a que muchos prefieren abastecerse de más, para evitar la escasez que pueda acarrear la incierta situación.

De lo que sí estamos seguros es de que estos retos marcarán un antes y un después en la dinámica de la economía global, de las cadenas de abastecimiento y de la logística de las grandes empresas multinacionales, así como de las industrias y empresas locales. Por ejemplo, la consolidación de prácticas como la automatización de procesos, que disminuye el uso intensivo de mano de obra humana, es altamente probable. Por último, se prevé también un incremento del e-commerce y los delivery services, grandes ganadores en época de distanciamiento social, lo que será una oportunidad logística interesante en el futuro cercano.

¿ABW como paso previo para un teletrabajo exitoso? 

En el mercado de oficinas, la crisis del COVID-19, lejos de paralizar el mundo empresarial, ha modificado la dinámica y el ritmo de los negocios. La situación ha generado una implementación en tiempo récord de nuevas formas de trabajar, buscando un especial enfoque y productividad por parte de empresas, colaboradores, clientes y aliados estratégicos.

Ante el contexto actual, el Work From Home o teletrabajo ha constituido una alternativa viable para la continuidad de múltiples sectores económicos a nivel local y global. Más allá de una simple modificación de ubicación, esta modalidad requiere un cambio de mentalidad, un establecimiento continuo y medible de metas y entregables, una comunicación constante y el aseguramiento de ciertos lineamientos ergonómicos para que el colaborador puede desempeñarse cómodamente en este nuevo ambiente.

[quote width="auto" align="none" border="#013e76" color="#59a3d9" title=""]La nueva tendencia en diseño de oficinas, Activity Based Work (ABW) o Trabajo Basado en Actividad facilita esta transición. Bajo este modelo de workplace, se crean ambientes de trabajo de acuerdo con las actividades u objetivos organizacionales. Por ejemplo, de acuerdo con las necesidades de cada cliente, se incorporan espacios para reuniones grupales, videoconferencias privadas, para caminar o trabajar de pie, así como para leer y concentrarse. El colaborador se moviliza con autonomía dentro de la operación y aprovecha las diferentes locaciones según la actividad que tiene que completar y escoge cuando, dónde y por cuánto tiempo trabaja en cada ambiente. Esta modalidad promueve este cambio cultural y de alguna manera, flexibiliza al colaborador para buscar estos nuevos espacios en sus hogares durante este período de transición. [/quote]

A pesar de que en ciertas ubicaciones globales se ha empezado a percibir mejoras con relación a esta pandemia, todo hace indicar que este reto recién inicia para la región centroamericana. Desde Cushman & Wakefield creemos que situaciones como el COVID-19 nos deben impulsar, unidos a la distancia, a sacar lo mejor de nosotros, salir de nuestras zonas de confort y reinventarnos como industria, para aprender y aprovechar las lecciones y oportunidades que se generan.

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