Por Danny Canales
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Foto: La zona fronteriza norte de México se ha convertido en un clúster industrial.

México cerrará este año con 600 parques industriales, lo que representaría un crecimiento del 20% con respecto al año anterior.

En la actualidad existen 516 naves industriales en ese país; que suman 51.700 hectáreas.

Además, hay 52 obras en construcción y 31 en etapa de proyecto, de acuerdo a un informe de la firma de bienes raíces Crea.

Este panorama habla mucho del desarrollo que tienen este tipo de construcciones y de la pujanza del sector.

Dicho comportamiento responde a los buenos aires generados en el sector industrial, luego de la firma del tratado comercial con Estados Unidos y México.

Ello porque las empresas orientaron su estrategia principalmente a la exportación y no tanto a atender el mercado local.

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Sin embargo, no todo el país está involucrado en esta estrategia o, al menos, no hasta ahora, ya que más del 50% de los parques industriales se ubica en los seis estados del Norte y la otra mitad se reparte en el resto del país.

[quote width="auto" align="none" border="#002f56" color="#59a3d9" title=""]Actualmente existen 6.000 empresas de manufactura que generan 2,4 millones de empleos y en 2015 exportaron $250.000 millones, es decir el 60% de las exportaciones totales mexicanas. Casi todas ellas se ubican en proyectos industriales en la zona fronteriza con Estados Unidos.

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Nuevo León concentra el mayor número al contabilizar 70 desarrollos y otros 22 en construcción o ampliación.

Pese a que la mayoría de parques se ubica en la zona fronteriza norte, la Asociación de Parques Industriales de México destaca que el sistema de maquilas dependiente del comercio con Estados Unidos ya quedó atrás, o al menos no es tan relevante.

Ello porque en la actualidad el país lleva firmados acuerdos de libre comercio con casi todas las potencias económicas del mundo y eso les permite tener más opciones tanto para que lleguen inversiones externas como mercados para colocar sus productos.

A su vez, el nivel de desarrollo tecnológico que alcanzaron algunos proyectos les permite tener cada vez mayor autonomía y funcionar como verdaderos polos autónomos de crecimiento.

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