La capacidad de la red de electricidad para manejar la carga masiva de vehículos eléctricos es un aspecto crítico que considerar.
Por Mónica Del Castillo
mdelcastillo@inversioninmobiliariacr.com
Foto: Se requieren incentivos fiscales, estándares comunes y sistemas interoperables para mejorar la eficiencia y la comodidad de la carga.
Fuente: Shutterstock
La electrificación de la movilidad se ha convertido en un motor de cambio indiscutible en todo el mundo, abriendo un camino hacia un futuro más sostenible con el medio ambiente.
Sus avances y desafíos tanto a nivel global como en América Latina y el Caribe (ALC), han sido un proceso que va más allá de simples tendencias.
Este tipo de automóviles funciona a partir de la acción de un motor eléctrico en lugar del clásico motor a gasolina. En este caso, el dispositivo se alimenta de un controlador y utiliza la energía almacenada en baterías recargables.
Inicialmente no eran muy populares debido, fundamentalmente, a la dificultad de la carga ya que el proceso consumía mucho tiempo y poca autonomía para recorrer distancias considerables. Sin embargo, con los avances tecnológicos en el área, hoy es posible imaginar un futuro mediato donde estos vehículos sean protagonistas de una nueva lógica de traslado en ciudades de todo el mundo.
En el año 2022, se vendieron más de 10 millones de vehículos a nivel mundial, con un importante aumento en la adopción de vehículos eléctricos y una participación en las ventas totales del 14%. Las proyecciones optimistas señalan que para el 2026 habrá 26.6 millones de autos eléctricos.
Los principales actores en esta revolución son China, Europa y Estados Unidos. China lidera el camino con más del 50% de los vehículos eléctricos en circulación. En Europa, más del 15% de losautos vendidos en 2022 fueron eléctricos, y en Estados Unidos, el aumento fue aún más notable, con un incremento del 55% en ventas y una cuota de mercado del 8%.
En opinión del secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), Andrés Rebolledo Smitmans, este panorama global refleja un cambio estructural en la industria automotriz, que se encamina hacia una movilidad más sustentable.
"En América Latina, aunque en una etapa de crecimiento más moderado, la electromovilidad también se está abriendo paso. El año 2022, se registraron 5.596 estaciones de carga públicas en la región, concentradas mayormente en México y Brasil", explicó el secretario ejecutivo de la OLADE.
Andrés Rebolledo Smitmans consideró que el camino hacia una flota más electrificada no está exento de desafíos. "La infraestructura de carga y la gestión eficiente de la red eléctrica se erigen como elementos cruciales para garantizar el éxito de la electromovilidad a gran escala. Además, la planificación estratégica y la cooperación entre sectores y países son esenciales para asegurar un futuro de movilidad eficiente y con una huella de carbono reducida", agregó.
Por su parte, Francisco Cabeza, presidente de la Asociación Mexicana de Impulso al Vehículo Eléctrico (AMIVE), en entrevista con INversión INmobiliaria, señaló que el principal reto es desarrollar una red de recarga rápida y accesible para superar la limitación de la autonomía de los Vehículos Eléctricos (VE) y fomentar su adopción masiva.
“Aunque el costo de las baterías ha disminuido, todavía es un factor importante en el precio final de los VE, por lo tanto, es fundamental mejorar la tecnología de las baterías para aumentar su autonomía, reducir el tiempo de recarga y disminuir su costo. Otro reto que se presenta es la autonomía, a pesar de todos los avances, muchos VE tienen una autonomía limitada en comparación con los vehículos de combustión interna; además, el tiempo de recarga sigue siendo más prolongado que llenar un tanque de combustible”, indicó el presidente AMIVE.
Por su parte, Aníbal Cortés, presidente de Newmark Chile, dio a conocer un estudio en el que se destacó que la expansión de la infraestructura de carga eléctrica es un elemento fundamental e ineludible en el camino hacia el pleno desarrollo de la movilidad sostenible, una meta que trasciende las fronteras y se extiende a nivel global. En un mundo que busca reducir su huella de carbono y abordar el cambio climático de manera efectiva, la transición hacia vehículos eléctricos es un paso crucial.
En el estudio “Vehículos y estacionamientos eléctricos tienen su rol en la movilidad sostenible - La movilidad sostenible es una de las prioridades de los gobiernos de todo el mundo”, se apunta que, en este contexto, los vehículos eléctricos se presentan como una alternativa viable a los vehículos de combustión interna, ya que producen cero emisiones contaminantes.
Los VE tienen numerosos beneficios ambientales, sociales y económicos. Por un lado, contribuyen a reducir la contaminación del aire y el ruido, lo que mejora la calidad del aire y la salud pública. Por otro lado, reducen la dependencia de los combustibles fósiles, lo que ayuda a mitigar el cambio climático. Además, son más silenciosos que los vehículos de combustión interna, lo que contribuye a crear un entorno urbano más tranquilo y agradable.
Para que los VE sean una opción viable para los consumidores, es necesario contar con una infraestructura de carga eléctrica adecuada. Los estacionamientos eléctricos son una parte esencial de esta infraestructura, ya que permiten a los propietarios de VE cargar sus vehículos mientras están estacionados.
Crecimiento de la infraestructura de carga eléctrica
La creciente demanda de autos eléctricos es el principal factor que impulsa el crecimiento de la infraestructura de carga eléctrica. A medida que más personas utilicen este tipo de vehículos, es necesario que haya más puntos de carga disponibles para que los puedan cargar con facilidad.
Otro factor que impulsa el crecimiento de la infraestructura de carga eléctrica es el aumento de la conciencia ambiental de los consumidores, que están cada vez más preocupados por el impacto ambiental de los vehículos de combustión interna, y están optando por vehículos eléctricos como una forma de reducir su huella de carbono.
Los avances tecnológicos en la fabricación de automóviles eléctricos también están contribuyendo al crecimiento de la infraestructura de carga eléctrica. Este tipo de movilidad está cada vez más asequible, lo que la hace más atractiva para los consumidores, lo que está dando lugar a un aumento de la demanda, lo que a su vez está impulsando la expansión de la infraestructura de carga eléctrica.
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Políticas gubernamentales
De acuerdo con el estudio de Newmark Chile, los gobiernos de todo el mundo están adoptando políticas para promover la adopción de la electromovilidad. Estas políticas incluyen incentivos fiscales para los propietarios de autos eléctricos, programas de despliegue de infraestructura de carga y regulaciones que favorecen su demanda.
Los incentivos fiscales pueden ayudar a los consumidores a compensar el costo inicial de un auto eléctricos. Los programas de despliegue de infraestructura de carga pueden ayudar a instalar más puntos de carga en lugares públicos y privados. Las regulaciones los pueden ayudar a reducir el costo y a aumentar su disponibilidad.
El presidente de AMIVE, aseguró a INversión INmobiliaria, que se necesitan políticas claras, normas y estándares, mayor apoyo gubernamental, promover la adopción de VE, incluyendo incentivos fiscales, subvenciones para la compra y medidas de regulación que fomenten la transición hacia la electromovilidad.
El uso de VE ofrece la oportunidad de diversificar las fuentes de energía, incorporando más fuentes renovables en la matriz energética y reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles.
“La transición hacia la electromovilidad puede generar oportunidades económicas, incluyendo la creación de empleos en sectores relacionados con la fabricación (no olvidemos la posición que ocupa México en la manufactura de vehículos a nivel mundial) mantenimiento y desarrollo de infraestructura para VE. Estos autos son más eficientes en el uso de energía en comparación con los vehículos de combustión interna, lo que podría contribuir a una utilización más eficiente de la energía a nivel global”, afirmó Francisco Cabeza.
Retos para la expansión de la infraestructura
La expansión de la infraestructura de carga eléctrica es un desafío que requiere la colaboración de los gobiernos, los fabricantes de vehículos eléctricos y los operadores de infraestructura de carga.
El estudio de Newmark Chile apunta que uno de los principales retos es el costo de instalar y mantener puntos de carga, que pueden ser caros y su mantenimiento también implica costos continuos. Además, la ubicación estratégica de estos puntos de carga es esencial para asegurar que estén convenientemente disponibles para los propietarios de automóviles eléctricos, lo que puede requerir una planificación cuidadosa y posiblemente la adaptación de infraestructuras existentes.
Otro desafío es la necesidad de estándares y protocolos de carga interoperables. Diferentes fabricantes de vehículos eléctricos pueden utilizar diferentes tipos de conectores y sistemas de carga, lo que puede dificultar la experiencia de carga para los usuarios, por lo que establecer estándares comunes y sistemas interoperables puede mejorar la eficiencia y la comodidad de la carga.
Además, la capacidad de la red eléctrica para manejar la carga masiva de este tipo de automóviles es un aspecto crítico por considerar. La carga simultánea de múltiples vehículos eléctricos en una misma área podría poner presión en la infraestructura eléctrica local, lo que podría requerir actualizaciones en la infraestructura eléctrica para evitar sobrecargas.
La expansión de la infraestructura de carga eléctrica es esencial para el desarrollo de la movilidad sostenible. Los estacionamientos eléctricos son una parte clave de esta infraestructura, y su crecimiento seguirá siendo fundamental en los próximos años. Superar los retos y aprovechar los factores que impulsan la adopción de vehículos eléctricos requerirá una colaboración continuada entre todos los actores involucrados, así como un enfoque sostenible y estratégico en la expansión.
Por otra parte, JLL dio a conocer los avances para atender la demanda de vehículos eléctricos. En su análisis “Cómo se están preparando las propiedades para los autos eléctricos”, destaca que a medida que se expande la infraestructura de carga, las propiedades industriales podrían desempeñar un papel importante por lo que están incorporando cada vez más infraestructura de carga en sus edificios como parte de los planes para hacer que sus portafolios sean más sostenibles.
"Los edificios son las estaciones de servicio y centrales eléctricas ecológicas de nuestro futuro y los proyectos llegan cuando ya los vehículos eléctricos representan el 14% de las compras de automóviles nuevos a nivel mundial, según el Consejo Australiano de Vehículos Eléctricos”, dijo Renae Gasmier, directora de Consultoría de Sustentabilidad – Australia, JLL.
Agregó que, al construir una infraestructura de carga para vehículos eléctricos, no solo se satisface la creciente demanda, sino que también se crea una fuente completamente nueva de soporte de la red eléctrica porque la red también puede extraer o almacenar energía de las baterías de vehículos eléctricos.
Proporcionando estaciones de carga para automóviles no solo ayudará a los países a alcanzar sus objetivos de sustentabilidad. Los edificios considerados "verdes" impulsan mayores ocupaciones, alquileres, retención de inquilinos y valores de activos, según una encuesta de JLL de 2022 a inversionistas y usuarios.
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Reto para el sector inmobiliario industrial
Para alcanzar el objetivo de emisiones netas cero de la Agencia Internacional de Energía estima que para 2050 el número de automóviles eléctricos debe estar cerca del 100% para entonces.
Los usuarios de bienes raíces industriales y los propietarios podrían ser los más influyentes para lograrlo. Esto se debe a que muchas empresas de logística y otras empresas de distribución buscan electrificar sus flotas.
"Dicho esto, hay muchas más consideraciones en los bienes raíces industriales en comparación con otros lugares, como garantizar que tenga suficiente capacidad de suministro de energía, almacenamiento de baterías y la disponibilidad de carga rápida. Las propiedades industriales también son la infraestructura crítica que rodea las cadenas de suministro, y las cadenas de suministro están dentro de las reducciones de emisiones de Alcance 3 de muchas organizaciones”, indicó la directora de Consultoría de Sustentabilidad – Australia, JLL.
Añadió que puede ser tentador involucrar a los proveedores de hardware y software, y a los operadores de puntos de carga, en una implementación aparentemente llave en mano. Sin embargo, la falta de una evaluación cuidadosa y una planificación estratégica de la infraestructura de carga de vehículos eléctricos puede conducir a resultados mediocres caracterizados por un mayor gasto, una red eléctrica estresada y una implementación de baja calidad
Apoyo del gobierno verde
A medida que los propietarios e inversores desarrollan estrategias para incorporar vehículos eléctricos en los edificios, la legislación y otros incentivos están ayudando a acelerar el cambio a la electricidad.
El Parlamento Europeo aprobó una ley en febrero que prohíbe efectivamente la venta de automóviles nuevos de gasolina y diésel en la Unión Europea a partir de 2035, mientras que el gobierno de los Estados Unidos está invirtiendo $7.500 millones en infraestructura de carga, 10.000 millones en transporte limpio y más de $7.000 millones en componentes de baterías para vehículos eléctricos.
"Hemos visto un apetito y un cambio de marcha notable por parte de las agencias gubernamentales a medida que se preparan para la electrificación de sus flotas. Los vehículos de flota representan alrededor del 17% del número total de automóviles en la carretera en Australia, pero son responsables del 42% de las emisiones del transporte por rutas. Por lo tanto, si las flotas dan el primer paso para descarbonizar, tendrá un efecto real para todos", indicó Renae Gasmier, directora de Consultoría de Sustentabilidad – Australia, JLL.
Electromovilidad en América Latina
En la región ya existen diferentes tipos de acciones como ser el montaje de fábricas y ensambladoras de vehículos eléctricos, instalación de puestos de recarga y creación de electrolineras.
Por otro lado, varios gobiernos han anunciado incentivos para la fabricación e importación de este tipo de vehículos reduciendo y/o eliminando los aranceles de importación e impuestos internos. En algunas ciudades se reglamentó el estacionamiento gratuito para los vehículos eléctricos con fin de fomentar su uso.
Mientras, el transporte público en Latinoamérica también comienza a ser un aliado de esta alternativa ecológica, formando parte a través de la renovación de flotas de buses y taxis debido a su costo-beneficio.
"Se debe destacar que entre los principales beneficios de los vehículos eléctricos, se encuentra el hecho de que son amigables con el medio ambiente ya que no producen emisiones tóxicas, reducen la dependencia de recursos naturales no renovables, como el petróleo; hacen un uso más eficiente de la energía, dado que convierten entre el 59% al 62% de la energía eléctrica en potencia directa para sus ruedas, comparado con una proporción entre 17% al 21% en el caso del automóvil a gasolina", señaló Pablo Azorin, jefe de seguridad y medio ambiente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA)-Región IV.
Con relación a la practicidad del sistema ecológico, estos vehículos en general no requieren mantenimiento, a diferencia de los tradicionales que necesitan cambios de aceite y verificaciones periódicas. Asimismo, cuentan con un motor silencioso alcanzando una aceleración significativa en poco tiempo.
"El inmediato desafío es afianzar la infraestructura de recarga, mejorar la autonomía y reducir el peso de las baterías contemplando una red vial acorde. La carga doméstica de estos automóviles demanda, en promedio, entre cuatro y ocho horas”, añadió el jefe de seguridad y medio ambiente de FIA Región IV.
Por su parte, Agustín Matteri, especialista legal en la Coordinación Regional de Cambio Climático de ONU Medio Ambiente, destacó que el transporte es el sector con mayor crecimiento de emisiones de CO en Latinoamérica y éstas aumentarán significativamente a menos que se acelere la transformación tecnológica y se pongan en marcha políticas innovadoras. La propuesta para activar la transición a la movilidad eléctrica a un ritmo mayor se basa en que se deberían eliminar barreras en el mercado y generar condiciones habilitantes en materia de infraestructura, promoviendo, a su vez, un adecuado diseño de incentivos, políticas y mecanismos financieros para su aplicación específica en la región.
En este sentido, el presidente de AMIVE señaló que, en el caso de los VE, los periodos de inactividad debido al tráfico pueden resultar en un mayor consumo de energía y reducir la eficiencia general del vehículo.
Los VE suelen ser más eficiente en términos de consumo de energía en comparación con los vehículos de combustión interna, sin embargo, en situaciones de tráfico intenso, frenado y aceleración constante pueden disminuir su eficiencia.
“Para abordar estos desafíos es esencial una planificación urbana integral que considere la electromovilidad al diseñar políticas de transporte. Esto implica la expansión de la infraestructura de recarga en áreas de alta densidad de tráfico, la implementación de sistemas de gestión de tráfico inteligentes y el fomento de la adopción de VE en el transporte público para reducir la congestión y promover una movilidad más eficiente y sostenible en entornos urbanos”, indicó para INversión INmobiliaria Francisco Cabeza.
Imagen: Uno de los retos en la región es contar con infraestructura adecuada para cargar los vehículos eléctricos.
Fuente: Freepik
Electromovilidad en la logística y el transporte
El 25% de las emisiones de CO2 en México provienen del sector del autotransporte. En gran medida, esto se debe a que casi el 40% de la flota de camiones y tractocamiones tienen 21 o más años de antigüedad.
La transición hacia la electromovilidad hace que muchos transportistas busquen migrar hacia la adquisición de unidades cero emisiones. No obstante, aún no existe la infraestructura necesaria para ello.
En consideración del presidente de AMIVE, la falta de estaciones de recarga adecuadas puede desalentar la adopción de VE, sin duda.
“Si no hay suficientes puntos de recarga disponible, la autonomía de los VE se convierte en una limitación para la eficiencia y productividad de las flotas. Los tiempos de inactividad debidos a la recarga pueden ser más prolongados afectando directamente la eficiencia de la logística, ya que los vehículos deben detenerse por más tiempo para recargarse, lo cual disminuye la capacidad de entrega en un periodo de tiempo dado”, opinó.
Agregó que la falta de infraestructura puede poner en desventaja a la empresa frente a competidores que ya han adoptado VE y tienen acceso a una red de recarga bien desarrollada.
Con esto en mente, BY Deléctrico, master dealer de BYD trucks, abrió un nuevo hub de recarga rápida de vehículos pesados en Tultitlán, Estado de México, exclusivo para clientes de la compañía china y que tuvo una inversión de 2 millones de dólares.
Este primer hub de recarga posee capacidad para siete unidades, que tarda dos horas y media.
En 2022, BYD vendió más de 1.86 millones de vehículos de pasajeros en todo el mundo, lo que representó un aumento interanual de 155.1%.
La incorporación del primer tractocamión eléctrico forma parte de los objetivos globales de la compañía en materia de sostenibilidad, cuya meta se centra en reducir 75% las emisiones de GEI para 2030.
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Autos eléctricos y la contaminación
Pese al creciente interés por la electromovilidad y su implementación en políticas púbicas, sobre todo en el sector transporte, el mercado de vehículos eléctricos aún depende de los energéticos disponibles y las plantas productoras de electricidad para alimentar sus motores. Por su parte, el desarrollo de la industria automotriz, desde su mercado, infraestructura y tecnología, está vinculado a la industria de los combustibles.
De acuerdo con el reporte de Eficiencia Energética del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), el automóvil particular representa el 70,7% del consumo de gasolina; 44% correspondieron al sector transporte, 35% industrial, 17% residencial, comercial y público, y 3,4% agropecuario.
Cabe resaltar que entre los sectores de transporte e industrial se ha consumido la mayor cantidad de electricidad y gasolina; 30,2% de electricidad para el sector industrial, mientras que en sector transporte se empleó el 63,7% de la gasolina. Por lo tanto, el consumo de gasolina por sí mismo coloca al transporte en el mayor gasto energético de los sectores.
De acuerdo con el FIDE, una problemática central sobre el análisis de los beneficios ambientales en torno a la electromovilidad radica en los residuos contaminantes derivados de las gestiones de abastecimiento, en el control de desperdicios de materiales peligrosos en las baterías, especialmente de litio, así como los desechos de las plantas que operan con base en carbón y elementos radiactivosn ejemplo de este último se encuentra en el Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), cuyo objetivo era la construcción de un cementerio nuclear para mitigar los desechos radiactivos en Villar de Cañas, Cuenca, pero ha sido descartado por el gobierno español después de una justificación sobre falta de infraestructura y presupuesto.
“Para lograr una mayor sustentabilidad en la logística de la electromovilidad, es necesario considerar varios aspectos que van más allá del simple uso de VE, como la optimización de rutas y su planificación, desarrollar una red sólida de estaciones de recarga estratégicamente ubicadas en áreas clave para la logística, así como lograr desarrollar estrategias de logística inversa para la recuperación y el reciclaje de baterías de VE al final de su vida útil. De igual forma es fundamental capacitar a los operadores y conductores sobre mejores prácticas en la conducción eficiente de VE”, aseveró el presidente de AMIVE.
El presidente de la Asociación Mexicana de Impulso al vehículo eléctrico indicó que la Ciudad de México cuenta con estaciones de recarga para VE en lugares estratégicos, como estacionamientos públicos, centros comerciales y algunas vialidades principales, modelo que se ha replicado a ciudades como Monterrey, Guadalajara y Puebla, para promover el uso de VE.
Desafíos futuros
Uno de los desafíos principales es la necesidad de desarrollar una adecuada infraestructura, se requerirá inversión en tecnología y capacitación especializada para la fabricación de VE y sus componentes en la región, así como garantizar un suministro estable de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables y sostenibles para abastecer la demanda de la industria automotriz.
“En cuanto a las oportunidades, México podría posicionarse como un actor clave en el mercado de VE aprovechando su ubicación geográfica, lo que podría mejorar la competitividad en la fabricación y exportación de Vehículos Eléctricos”, externó finalmente para INversión INmobiliaria, Francisco Cabeza.
Los avances en ventas, la instalación de puntos de carga y la contribución a la reducción de emisiones son solo el comienzo. América Latina y el mundo tienen la oportunidad de trazar un camino conjunto hacia una movilidad más sostenible, en armonía con el medio ambiente y con la mirada puesta en un futuro de crecimiento responsable y equitativo.
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