Por Javier Adelfang
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Imagen: Enviar un contenedor desde el norte de Asia hacia EE.UU. se ha incrementado hasta en un 137%.
Fuente: Freepik

Los Hutíes, un grupo insurgente con base en Yemen, lleva desde noviembre pasado lanzando misiles contra las embarcaciones comerciales en las proximidades del estrecho Bab el-Mandeb, en la entrada del mar Rojo y punto por el que se debe pasar obligatoriamente si se quiere utilizar el canal de Suez.

El grupo terrorista señala que apunta solo a buques asociados a Israel, mientras que los gobiernos occidentales plantean que, en realidad, los ataques son indiscriminados.

Las consecuencias en el mundo de los negocios y la logística no se han hecho esperar, sobre todo, tomando en cuenta que por el canal de Suez pasa entre el 12% y 15% del comercio mundial, según cifras de The Logistic World.

Los seguros de carga han experimentado un notable incremento en las tarifas para los viajes que transitan por el Mar Rojo, pasando del 0,6% por ciento del valor de la carga, a un 2%. Además, las aseguradoras han introducido una prima de riesgo por guerra, lo que ha elevado aún más el costo de utilizar la ruta del Canal de Suez.

Optar por la ruta alternativa, bordeando África, minimiza el riesgo, pero trae aparejado un retraso de entre 15 y 20 días en la entrega de mercancías y un incremento considerable del costo del combustible, que puede alcanzar el 50%.

Esto ha generado el retraso en la llegada de los barcos a puerto y, por lo tanto, una menor rotación de los buques disponibles, lo cual ha impactado directamente en el costo de traslado de mercancías.

Enviar un contenedor estándar desde el norte de Asia hacia la costa este de los EE.UU. ha sufrido un incremento del 137%, comparado con octubre pasado, llegando a $5,100.
Desde el norte de Asia hacia la costa oeste los incrementos han llegado al 131%. Mientras tanto, transportar mercancía desde China hacia Europa se ha más que duplicado, pasando de $3.000 a $7.000 por contenedor, según cifras publicadas por Forbes.

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Los especialistas señalan que los atrasos no generarán desabastecimiento de mercancías, sin embargo, noticias recientes muestran que importantes empresas están sufriendo problemas de producción.

El gigante Tesla está deteniendo la mayor parte de su producción en su planta en Alemania. Lo mismo ha hecho Volvo en Bélgica.

Los temores sobre las consecuencias si se extiende el conflicto han llegado a los Bancos Centrales que comienzan a analizar en el impacto inflacionario que podría generarse.

(Con información de Forbes y otras fuentes)

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