Por Ignacio Contreras
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Sistemas como el DOT o Desarrollo Orientado al Transporte no son nuevos en la legislación de ciudades compactas, sin embargo, su implementación aún no llega a muchos poblados en Latinoamérica. Estos sistemas promueven el desarrollo vertical, una tendencia que, en vez de ser frenada por las situaciones globales, se hace más evidente su impacto.

Legislar para optimizar

El uso de suelo es uno de los factores más importantes para crear ciudades compactas. La legislación para promover uso de suelos mixtos por distritos, como es el caso de Barcelona, ayuda a reducir la saturación en los servicios como hospitales, tiendas de autoservicio, entre otros. Sin embargo, cuando la cantidad de servicios no logran dar abastecimiento a la demanda de una región por la proximidad y el uso de suelo el riesgo a la saturación puede incrementar.

Promover la movilidad no motorizada

Países como Francia, Reino Unido, y algunas ciudades estadounidenses están implementando políticas orientadas a la movilidad no motorizada como propuesta para la reducción a la demanda de sistemas de transporte público masivo. Si bien muchos pudieran considerar esta una medida temporal, su implementación puede resultar mejor de lo esperado debido a los beneficios que se perciben de la misma. Incluir este tipo de políticas, pueden dar como resultado una reducción en la demanda de cajones de estacionamiento, por lo cual se formulan distintos productos inmobiliarios, optimizando costos y redireccionando estos espacios a otras soluciones más adecuadas a los nuevos mercados.

La tendencia de mantener ciudades ultra mixtas y densamente pobladas no irá a ningún lado. Sin embargo, existe una gran responsabilidad por parte de las autoridades de establecer nuevas reglas que promuevan el diseño adecuado de las nuevas ciudades.

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