Por Alejandra Soto
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Fotos: Imágenes con carácter ilustrativo (shutterstock).

En el mundo operan alrededor de 5.400 zonas francas y, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), en los últimos años han crecido en número, tamaño, importancia y posición en la cadena de valor. Asimismo, destaca la expansión de sus actividades a nuevos sectores, incluyendo inteligencia artificial, tecnología financiera, e-commerce y salud, además de los tradicionales.

De acuerdo con la UNCTAD, este crecimiento y diversificación ha dado como resultado un alto crecimiento en las oportunidades de empleo, que representan más de 80 millones de trabajos. Esto aunado a la contribución directa e indirecta en una variedad de temas sociales, ambientales, tecnológicos, de gobernanza, por mencionar algunos.

Un estudio de la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona) menciona que estos espacios económicos especiales también tienen un papel importante a nivel de los hogares, ya que constituyen una de las fuentes de ingresos más relevantes para la población trabajadora, en particular las mujeres, así como también para aquellos con bajos niveles de calificación.

Además, las empresas que se instalan en las zonas francas han generado cambios en la dinámica de las actividades en aquellas áreas donde han sido creadas, no sólo por sus encadenamientos con otros sectores, sino por el “know how” que han transferido a todos los que han estado directamente involucrados en ellas, contribuyendo así a la transferencia de destrezas y conocimiento que también ha impactado en la población.

Muchos de estos parques industriales se instalan en zonas geográficas rurales con bajo desarrollo económico, por lo que su llegada ha dinamizado las poblaciones generando nuevas oportunidades para sus habitantes, la formación de encadenamientos productivos y el impulso hacia más inversiones en el área, no solo de nuevas zonas francas, sino también de otros desarrollos en segmentos comerciales, educativos, residenciales, entre otros.

Un ejemplo del éxito en la generación de encadenamientos productivos es Costa Rica, donde casi el 60% del total de compras que hacen las empresas en zonas francas es a negocios locales, afirma Pedro Beirute, gerente general de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER).

“Sin duda alguna estos encadenamientos no solo productivos sino también el comercio, los servicios, el housing, dinamizan cualquier área. Por ello, las zonas francas son el mayor dinamizador de la economía de Costa Rica”, agrega Beirute.

Enfoque en el cumplimiento de los ODS

En la publicación “Las Zonas Francas y los Objetivos de Desarrollo Sostenibles”, realizado por la Asociación de Zonas Francas de las Américas (AZFA), la institución destaca cómo estos espacios generan aportes en al menos 13 de los 17 objetivos globales, entre los que destacan: trabajo decente y crecimiento económico, igualdad de género, reducción de las desigualdades, fin de la pobreza, salud y bienestar, educación de calidad, industria, innovación e infraestructura, ciudades sostenibles y alianzas para lograr los objetivos.

A esta publicación se agrega un estudio realizado por la Coalición Costarricense de Iniciativas para el Desarrollo (CINDE) junto con la Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED), para el cual utilizaron indicadores ambientales, sociales y de gobernanza para medir el impacto de las empresas multinacionales en Costa Rica para contribuir a los ODS, algunas de ellas bajo el régimen de zona franca.

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Los hallazgos evidenciaron cómo las empresas multinacionales invierten con propósito y aportan en el bienestar de sus colaboradores, el ambiente y las comunidades.

La investigación se realizó en 25 empresas, entre ellas: Abbott, Accenture, A&E, Altimetrik, Boston Scientific, Cargill, Catalina, Coca Cola, Experian Services, Emerson, Gensler, Intel, Instantia, Latam Logistics, NI (National Instruments), Nicoverde, OKAY Industries, P&G, Proquinal, Roche, SMC Ltd, Snap Finance, Tech Data, VMware, Western Union y Ultrapark.

Los resultados revelaron que dichas compañías invirtieron más de 70.000 horas de capacitación técnica y 15.000 horas de formación socio emocional para sus colaboradores. Además, 80% de este grupo de empresas cuentan con programas de bienestar que mejoran la calidad de vida de sus planillas, y realizan esfuerzos significativos en materia de igualdad de género. Por ejemplo, el 48% de las personas empleadas son mujeres, logrando una tasa de empleo superior a la media nacional (43,8%). Finalmente, el informe reveló que las compañías contabilizaron más de 51.000 horas de voluntariado para impactar de forma positiva en las comunidades.

“CINDE es pionera entre las agencias de promoción de inversión en el mundo en medir el desempeño de la Inversión Extranjera Directa en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, utilizando un instrumento construido en conjunto con las empresas participantes. Esta herramienta recopila datos asociados al cumplimiento de 35 indicadores priorizados por este grupo de compañías multinacionales y parques empresariales”, explica Vanessa Gibson, directora de Clima de Inversión en la institución.

Un esfuerzo que se aplaude

A los ojos de Ramiro Magaña, director interino de la oficina regional de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es un proceso que no se puede alcanzar de la noche a la mañana e implica un trabajo en conjunto de todos los sectores de la sociedad, así como de la población. Por ello, le parece importante que las zonas francas y parques industriales ya estén en la ruta e implementen iniciativas encaminadas hacia esos objetivos globales.

“Qué bueno que estén viendo cómo pueden impactar, incluso, podrían hacerlo en los 17 objetivos. La ganancia es que ya se está intentando hacer y se entiende que se pueden hacer las cosas. Eso para mí es lo más importante y es el inicio de un proceso que nos va a llevar mucho más allá del 2030”, puntualiza Magaña.

Los mayores aportes que estos espacios industriales pueden dar al cumplimiento de las metas globales, según Magaña, se centran en distintos temas. En primer lugar, el objetivo relacionado con la creación de ciudades sostenibles, porque “para llegar a establecer un parque industrial o una zona franca hay que hacer estudios de territorio y allí hay que ver en dónde podemos efectivamente impactar positivamente a una población, una comunidad o una región”.

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El segundo impacto que menciona es en el medio ambiente, porque para instalar un parque industrial es necesario realizar un estudio de impacto ambiental. También agrega el aporte que puede dar en aspectos como la utilización de energía sustentable, eficiencia energética, el uso eficiente del agua, generación de empleo para combatir la pobreza, promover el trabajo decente e incluir a personas jóvenes, mujeres, etc.

“La institucionalidad de un parque o de una zona franca impacta estos objetivos directamente, pero indirectamente me parece que impacta finalmente a todos”, asegura.

No obstante, el representante de ONUDI opina que todas las acciones que se promueven en la actualidad solamente impulsan el crecimiento económico de las ciudades, pero no su desarrollo.

Para Magaña, lo ideal sería que todos los parques industriales tengan a su alrededor cadenas de abastecimiento, con proveedores locales, porque eso sí generaría desarrollo. Sin embargo, es algo que no todos han logrado.

“La industria tiene que modificar su modelo de negocio, porque no podemos pedirle que de la noche a la mañana lo cambie. Cada empresa debe tener claro que los objetivos de desarrollo o el impacto que se tiene sobre ellos no es una carga para la empresa, sino que son parte de su modelo de negocio, su modelo de competitividad. Eso es lo más complicado de hacer y me parece muy bien que lo estén pensando porque ya dimos un pasito adelante”, concluye.

Aportes de las multinacionales en Costa Rica

Un estudio realizado a 25 multinacionales instaladas en Costa Rica, elaborado por la Coalición Costarricense de Iniciativas para el Desarrollo (CINDE) y la Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED), reveló que las empresas implementan iniciativas que contribuyen en distintos ámbitos sociales, ambientales y económicos. Algunos de los resultados de la investigación son:

• 80% de las empresas participantes realizan esfuerzos con relación a movilidad amigable con el ambiente, proporcionando alternativas de transporte colectivo o limpio. Además, entre las acciones que reportan para impulsar ciudades y comunidades sostenibles, indican contar con estaciones de carga para vehículos híbridos o eléctricos, espacios para bicicletas, servicios exclusivos para el traslado de sus colaboradores desde y hacia el trabajo, y espacios preferenciales para vehículos que realicen carpooling.
• Las firmas procuran gestionar su huella e influir de manera positiva en el ecosistema de negocios costarricense, 90% de las empresas realizan acciones formales para reducir el consumo de agua y energía, así como gestionar residuos sólidos y líquidos. Además, 67% indican promover buenas prácticas ambientales, laborales y comportamiento ético a lo largo de su cadena de valor.
• Con el fin de mitigar el cambio climático, las empresas reportan tener procesos formales y planes de acción establecidos tales como el monitoreo de equipos que utilizan gases refrigerantes (77%), la compensación de emisiones de gas efecto invernadero (50%) y la generación de energía eléctrica con fuentes alternativas propias (47%).
• Finalmente, alineado con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 17, relacionado con fomentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las esferas pública, público-privada y de la sociedad civil, 77% de las compañías indican asociarse con más de 60 fundaciones, cooperativas, organizaciones no gubernamentales, ministerios, agencias de cooperación, municipalidades, universidades o empresas dentro y fuera del país, para impulsar el desarrollo sostenible.

Fortaleciendo la economía de Colombia

Zona Franca Permanente Palmaseca cuenta con una experiencia de más de 29 años de operación continua. Es la 1ª zona franca de la región y la 2ª zona franca de Colombia.

El parque industrial cuenta con una extensión aproximada de 55 hectáreas y está ubicado en el municipio de Palmira, a 500 metros del Aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón.

Posee la infraestructura requerida y los servicios necesarios para el desarrollo de proyectos en un área geográfica bajo un régimen especial, adecuada para el desarrollo de las operaciones de las empresas instaladas al amparo del régimen franco, permitiéndole así a los usuarios tener acceso a múltiples privilegios.

El parque está conformado por 47 naves industriales y más de 30 hectáreas disponibles para el desarrollo de nuevos proyectos. Actualmente, alberga más de 40 empresas que desarrollan actividades pertenecientes a los sectores logístico, automotor, autopartes y medios de transporte, industria metalúrgica, alimentos y bebidas, plásticos, artes gráficas, producción de artículos de cuero, servicios de maquila, químicos, logística-farmacéutico, embarcadores y agentes de aduana, entre otros.

Asimismo, tiene la capacidad de prestar servicio como Usuario Operador, el cual consiste en dirigir, administrar, supervisar, promocionar y desarrollar una o varias zonas francas, así como para calificar a los usuarios que se instalen en estas.

“Bajo esta modalidad, actualmente operamos siete zonas francas ubicadas en el suroccidente colombiano, de las cuales tres son Permanentes y cuatro Especiales, generando más de 7.200 empleos entre el Usuario Operador y los Usuarios Calificados. Al cierre de 2022 las operaciones de comercio exterior de las Zonas Francas Permanentes y Especiales que operamos fueron superiores a los $3.200 millones”, explica Mónica Escobar, gerente de la zona franca.

Las exportaciones realizadas a Estados Unidos, Puerto Rico y Ecuador fueron las de mayor aporte al incremento del 38,4 % en las exportaciones de las zonas francas del país, al pasar de $238,4 millones en marzo de 2022 a $329,9 millones en el mismo mes de 2023.

Origen de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo.

En 2015, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece un plan para alcanzar dichos propósitos en 15 años.

Según Naciones Unidas, distintos países han aunado esfuerzos para cumplir con la promesa de la Agenda 2030 mediante la movilización de más gobiernos y empresas, así como con un llamamiento a todas las personas para que hagan suyos los objetivos mundiales.

Sin embargo, aunque se está progresando en muchos lugares, en general, las medidas encaminadas a lograr esas metas todavía no avanzan a la velocidad ni en la escala necesarias.

Entre los esfuerzos que se realizan para acelerar el cumplimiento de los ODS, destaca la participación de las zonas francas y las compañías que forman parte de su ecosistema. Muchas de ellas sitúan estos objetivos mundiales en el centro de sus actividades, convirtiéndose en referente para el resto de la sociedad.

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